MONTAR A CABALLO
Montar a caballo es siempre una actividad enriquecedora. Paseos y rutas a caballo se han convertido en una alternativa de ocio sana, natural y para toda la familia. Pero no sólo queda ahí la experiencia de montar a caballo, no sólo es una diversión ocasional. Montar a caballo conlleva indirectamente una serie de beneficios para nuestra mente y nuestro cuerpo. Si amáis la naturaleza, os gusta el deporte y os ocupáis de la salud, montar a caballo es la actividad perfecta para vosotros.
¿Qué beneficios físicos y mentales tiene montar a caballo?
- Mejora nuestra postura. Nuestra espalda debe mantener una posición recta consiguiendo así que adoptemos una mejor posición corporal.
- Regula el tono muscular.
- Favorece la circulación sanguínea. Estar sobre un animal, como el caballo, que tiene una temperatura corporal mayor que la nuestra repercute en el organismo favoreciendo su circulación sanguínea.
- Disminuye la espasticidad. Montar a caballo consigue que nuestros músculos se relajen, disminuyendo su rigidez y la tensión muscular.
- Favorece la coordinación y los reflejos. Recordemos que no estamos solos, es decir, formamos parte de un equipo, nuestro caballo y nosotros somos seres vivos en un entorno natural. El ejercicio no se desarrolla de la misma manera que en las cuatro paredes de un gimnasio, en el que nada cambia de un día para otro. Cuando montamos a caballo desarrollamos más los reflejos puesto que debemos estar atentos a cualquier cambio de ritmo de nuestro compañero o de cualquier nueva variación que se produzca en el entorno natural en el que nos encontremos.
- Planificación motora. Debido a que es una actividad en la que participa otro ser vivo y se desarrolla en un entorno cambiante nos obliga a estar atentos a los cambios y preparados para anticiparnos a las acciones que debemos llevar a cabo. Por eso, aumenta nuestra planificación motora porque se trata de saber planear y ejecutar actividades especiales no habituales.
- Mejora la percepción corporal. Otro beneficio de montar a caballo es que nos hace conscientes de nuestro cuerpo y de la posición y lugar que ocupa respecto al entorno en el que se encuentra. Obtenemos mayor información de nuestro lugar espacial y de cómo podemos establecer relaciones con ese medio.
- Favorece la adquisición de la lateralidad. La lateralidad corporal es indispensable para orientar al cuerpo en el espacio y a los objetos, que en él se encuentren, respecto al propio cuerpo. Mediante el desarrollo de la lateralidad adaptamos nuestros movimientos corporales al entorno en el que nos encontremos.
- Confianza, autocontrol y autoestima. Estar en contacto con el caballo y hacer deporte con él conlleva una serie de beneficios psicológicos como son la confianza (debemos confiar en nuestro compañero cuadrúpedo y, a la vez, en nuestras capacidades como jinetes), autocontrol y autoestima.
- Mejora la concentración y la capacidad de atención.
- Respeto. Trabajar al lado de otro ser vivo y en la naturaleza nos enseña a amar y respetar lo que nos rodea.
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